Con la aparición de la Pandemia, la convivencia escolar, se transformó en convivencia familiar, así como también los procesos que normalmente gestiona la institución desde las pedagogías transversales, han cambiado su enfoque con el fin de brindar un apoyo considerable a la educación, aún desde la distancia.
La orientación escolar por su parte, y entendiéndose como la estrategia que las instituciones trabajan para la atención y prevención de riesgos a los que se exponen los estudiantes en el entorno social y familiar tales como: violencia doméstica, entre otras situaciones más, también ha dado un giro importante, debido a que en estas condiciones los docentes orientadores brindan desde la distancia la orientación que sus estudiantes requieren, cuando ya la motivación para el estudio virtual se ha perdido considerablemente y los riesgos sociales y familiares continúan presentándose.
La desmotivación por el estudio, se ha convertido en un gran reto para las instituciones, ya que esto representa una posible deserción del estudiante, por eso, con el apoyo del Docente Orientador, los directivos han podido establecer estrategias de prevención.
El docente orientador se ha dado la tarea de brindar charlas virtuales a grupos familiares y a estudiantes en particular, además del uso de otras estrategias, con el firme objetivo de evitar las crisis y por lo tanto la pérdida de interés de los estudiantes para continuar.